En los albores de la creación, cada dios impregnó a la Rueda con el don que poseían. De este modo a través de la mente, muchos desarrollaron la Gnosis. Otros aprendieron a esculpir la carne e interactuar con los espíritus gracias a la Convocatoria, y por último aquellos que hicieron uso de la Magia pudieron dominar el arte de modificar la pura esencia de la cual están hechas las cosas.
Estos dones han influido en la cultura y forma de vida de cada civilización. Por ello hoy existe una dimensión suspendida en el vacío, donde un gran continente gira alrededor de una perla de puro éter. Una burbuja que encierra en si misma una ciudad cuya arquitectura no ha sido construida con ladrillo y cemento, sino por modeladores de pura magia.
Es, esta burbuja iridiscente, el hogar donde habitan los dracónidos en su dimensión. Allí no se concibe el día a día como podría hacerlo un humano. No se crearía fuego al prender la madera, sino que se activaría el pergamino donde se ha imbuido el hechizo hoguera.
Por ello, aunque la magia pueda ser un arte extraño en el resto de dimensiones, en el universo dracónido forma parte de su vida cotidiana. Los magos pueden modificar la materia de su alrededor durante un tiempo determinado, gracias a una serie de gestos y vocablos. Unas fórmulas identificativas que pueden ser plasmadas sobre distintas superficies, hechizándolas para que aquellos que no posean el don de la magia puedan hacer uso de ella a un módico precio.
Sin embargo dominarla no es tarea fácil, por ello se ha dividido su estudio en 4 vías: Sólido, líquido, gas, y energía; siendo su pura esencia conocida como el éter. Donde el poder del mago, más la pericia que posea en dichas vías, derminará cuan poderoso és. Permitiéndole afectar en mayor o menor grado la materia de su alrededor.
Levantar un muro para protegerse, romper la carne o los huesos, o modificar los vientos para levantar el vuelo, pueden ser unas de las multiples posibilidades que puede llevar a cabo un mago en Devious.
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